¿QUÉ ESCONDEN NUESTROS ANTOJOS Y DESEOS?

Los deseos y los antojos en sí mismos no son un problema, el problema es que nos apetezcan productos que no encajan en una alimentación saludable y equilibrada. Para superar las ganas de comer procesados como por ejemplo patatas chips, bollería hecha a base de harinas y azúcares refinados o comer rápido, tenemos que averiguar el por qué de este deseo irrefrenable.

Muy a menudo, los antojos de alimentos insanos van acompañados de atracones y, en consecuencia, sensación de culpa y frustración. Los atracones se asocian con situaciones de ansiedad, pero también provienen del desequilibrio de los sistemas internos.

El deseo puede iniciarse de la inestabilidad que desencadena el exceso de alimentos que nos enfrían y que provocan que deseemos su opuesto, o viceversa, o porque se han ingerido ultraprocesados pobres en minerales, vitaminas y otras sustancias nutritivas. Por lo tanto, conocer el origen del capricho o antojo, nos ayudará a regularlo y resistirlo.

Azúcares adictivos

Es sabido que algunos alimentos y bebidas como por ejemplo, las bebidas carbonatadas con excitantes y mucho azúcar, producen adicción y sensación de malestar cuando se dejan de tomar, sobretodo si se han estado consumiendo con cierta frecuencia. En dejar de consumir azúcares refinados aparecen las ganas de volver a consumirlos, dolor de cabeza, cansancio y desánimo.

Estas sensaciones desagradables se pueden mitigar reinterpretando los deseos y comiendo frutas frescas y deshidratadas (si son ecológicas mejor), bebidas naturalmente fermentadas como la kombutxa, infusiones, batidos, licuados y alimentos ricos en carbohidratos complejos como por ejemplo las legumbres, las hortalizas y los tubérculos, que nos proporcionan una energía estable, tranquila y duradera.

Deficiencias nutricionales

Igualmente, los deseos y caprichos pueden ser de alimentos muy salados y suelen estar relacionados a manifestaciones de desequilibrios generados por deficiencias de minerales, vitaminas o proteínas.

El primer paso es identificar qué nutrientes son deficitarios y cuales los consumimos en exceso.

Para calmar la apetencia de alimentos muy salados, hace falta reducir el consumo de alimentos dulces, alcohol, carne roja y cereales refinados, y potenciar el consumo de algas, semillas, fruta seca, verduras y condimentos saludables (hierbas y especias naturales).

Así mismo, se pueden añadir pequeñas cantidades de salsa de soja ecológica, miso y otros alimentos fermentados, que destacan por su sabor salado, como la ciruela umeboshi entera, en puré o vinagre.